Teléfono

611 013 035

Email

info@sarafreije.es

Consulta

C/ Silla del Rey 2, Oviedo (Asturias)

Con la llegada del invierno, los mocos en bebés se convierten en el invitado de casi todas las casas con peques. Son molestos, dificultan la alimentación y el sueño, y a menudo generan mucha preocupación en las familias. Pero antes de que entremos en pánico, es importante entender que la mucosidad es un mecanismo de defensa natural del cuerpo y que, usada correctamente, la fisioterapia respiratoria puede ser una herramienta clave para aliviarla.

En este artículo te contamos por qué aparecen los mocos, cuándo preocuparse, cómo ayudar desde casa y qué puede hacer la fisioterapia pediátrica respiratoria para mejorar el confort y la respiración de tu peque.

Por qué los bebés tienen tantos mocos en invierno

Los bebés y niños pequeños tienen vías respiratorias más estrechas. Esto hace que cualquier infección leve, cambio de temperatura o simple exposición a virus típicos de guardes y colegios genere una mayor producción de mucosidad.

Las causas más frecuentes son:

  • Virus respiratorios comunes.
  • Salida de dientes, que aumentando la salivación y la congestión
  • Ambientes resecos por calefacciones
  • Inmadurez del sistema inmunitario, que aún está aprendiendo a defenderse

Es decir: no siempre es grave, pero sí puede resultar incómodo para ellos.

¿Cómo afectan los mocos en bebés?

Aunque la mucosidad es normal, hay situaciones en las que puede complicar el día a día:

  • Dificultad para respirar por la nariz
  • Problemas para dormir
  • Tomás más pequeñas o interrupciones al comer
  • Tos persistente por acumulación de secreciones
  • Malestar general

En estos casos, es importante actuar. El objetivo es ayudar a que nuestro bebé drene mejor y mantenga sus vías respiratorias despejadas.

Qué puedes hacer desde casa para aliviar la congestión

1. Mantén el ambiente húmedo: Los humidificadores o simplemente ventilar y evitar el aire muy seco ayuda a que la mucosidad no se espese.

2. Lavados nasales suaves: Los lavados no tienen que ser agresivos para ser eficaces. Bien realizados, permiten que el bebé respire mejor, especialmente antes de dormir o comer.

3. Cambios de postura: Evita que el peque pase muchas horas tumbado boca arriba. Los cambios posturales facilitan el drenaje y reducen la congestión.

4. Contacto y porteo: El contacto vertical, y más aún si es ergonómico, ayuda al drenaje natural de secreciones.

5. Hidrátale bien: Sobre todo, en bebés lactantes. En niños más mayores, ofrecer agua con frecuencia es clave.

Cómo ayuda la fisioterapia respiratoria pediátrica

La fisioterapia respiratoria es una herramienta segura, respetuosa y basada en evidencia, indicada especialmente cuando:

  • Los mocos no drenan bien
  • El bebé lleva días congestionado
  • Aparece tos persistente
  • Hay dificultad para dormir o alimentarse
  • Se repiten las bronquiolitis o catarros

¿Se pueden prevenir las congestiones?

No podemos evitar los virus del invierno, pero sí ayudar al cuerpo a gestionarlos mejor:

  • Ventilar a diario
  • Evitar ambientes muy secos
  • Mantener una buena higiene de manos
  • Cuidar la alimentación y el descanso
  • Acompañar adecuadamente la tos (no bloquearla)
  • Consultar cuando los mocos se vuelven persistentes o dificultan el día a día

Los mocos forman parte de la infancia, pero eso no significa que tengamos que resignarnos a ver a nuestros bebés pasar un mal rato. Con pequeños gestos en casa y, cuando es necesario, con apoyo de fisioterapia respiratoria pediátrica, es posible mejorar su bienestar, su respiración y su descanso durante los meses de frío.

Si quieres aprender estas técnicas de forma práctica, segura y adaptada a tu familia, recuerda que desde Tuprimerafisio organizamos talleres y sesiones personalizadas para acompañarte en este proceso.

Artículos recomendados

Abrir chat
Hola, soy Sara Freije

¿En qué puedo ayudarte?