La trona es uno de los elementos esenciales en la lista de productos para bebés, especialmente cuando tu pequeño comienza a explorar el mundo de la alimentación sólida. Elegir la mejor trona para tu bebé puede parecer una tarea abrumadora con tantas opciones en el mercado, pero no te preocupes: en este artículo te ayudamos a tomar una decisión informada y segura.
Antes de nada… ¿cuándo hay que comenzar a utilizar la trona?
Si el peque no se sostiene sentado, la posición más correcta para el inicio de la alimentación complementaria será en nuestro regazo, para, de forma progresiva, pasar a la trona.
Si damos el paso, ¿cómo elegimos?
Postura ergonómica: clave para la seguridad y comodidad
Una buena postura es fundamental para garantizar que tu bebé coma de manera segura y saludable. Busca una trona que permita mantener:
- Cabeza, rodillas y pies en un ángulo de 90 grados. Esto asegura que el bebé esté bien alineado y cómodo durante la comida.
- Sin reposacabezas. Aunque algunos modelos ofrecen este elemento, no es necesario para bebés que ya se sientan sin ayuda, ya que fomenta una postura más natural y activa.
Apoyo de los pies regulable
Uno de los detalles más importantes a menudo ignorados es el soporte para los pies. Un buen apoyo:
- Debe ser regulable en altura para adaptarse al crecimiento del bebé.
- Ayuda a evitar que el bebé cuelgue las piernas, lo que puede generar incomodidad o afectar su estabilidad al comer.
Participación familiar: mejor sin bandejas
Aunque muchas tronas incluyen bandejas, lo ideal es que el bebé coma en la misma mesa que el resto de la familia. Esto fomenta:
- Integración social. Comer juntos refuerza el vínculo familiar y crea hábitos positivos desde el principio.
- Imitación saludable. Los bebés aprenden observando y copiando el comportamiento de los adultos, lo que favorece su desarrollo.
Y recuerda: no debemos inmovilizar al bebé con arneses nunca. Si no se mantiene sentado, ¡a la trona!