Si has llegado aquí es muy probable que ya sepas lo que es un andador para bebés, pero por si hay alguien un poco desorientado vamos a empezar por el principio:
Un andador es una especie de estructura con ruedas que se usa para “ayudar” a que los niños y niñas se desplacen cuando aún no pueden caminar por sí solos. Y sí, digo “ayudar”, entre comillas…
A priori, puede parecer muy útil y muchos papás y mamás valoran la opción del andador para darle libertad a sus peques por casa y también para disminuir el peligro de caídas.
Antes era muy común que cuando cumplían los 9 meses o ya gateaban, se comenzase a usar andador para bebés. Ahora está totalmente desaconsejado, tanto si el niño o niña camina como si aún no lo hace. Vamos a ver por qué:
Cada cosa a su ritmo
Si el peque no camina, es que su sistema aún no está preparado para ello, por lo que si forzamos la postura mediante un andador para bebés podemos provocar un sobreesfuerzo en las articulaciones y una posición incorrecta de las piernas.
Además, no solo afecta de forma directa al cuerpo, sino que también afecta al desarrollo cognitivo, limitando el trabajo de coordinación, equilibrio y propiocepción.
En el caso de que el niño o niña sea capaz de caminar de forma independiente, no necesitará ayudas: su cerebro junto con su aparato locomotor deberá “entrenar” la marcha por sí mismo y no acostumbrarse a una ayuda externa.
Por otra parte, si existe un desarrollo atípico, un andador para bebés tampoco es aconsejable de primeras. Deberemos consultar con un profesional que nos orientará y dependiendo del problema, puede implementar a su terapia alguna herramienta similar al andador para bebés o correpasillos, pero siempre individualizando el tratamiento y con una perspectiva médica.
Andador para bebés: más peligroso de lo que parece
Otro de los motivos por los que no está aconsejado usar andador para bebés es por seguridad. Un estudio de la American Academy of Pediatrics nos cuenta que los andadores son la causa de que miles de niños acaben en hospitales todos los años, tanto como que entre el 1990 y el 2014 fueron 230.676 niños menores de 15 meses acudieron a los servicios médicos por lesiones relacionadas con andadores. Es muy fácil que el peque, jugando sobre el andador para bebés, vuelque, caiga o se acerque a sitios que no son seguros.
Por todo esto, el uso de andador para bebés NO es aconsejable (a no ser que un médico diga lo contrario para el caso individual de tu bebé).
Cada niño y niña es un mundo y se desarrollan a su propio ritmo, aunque lo usual es que comiencen la marcha autónoma entre los 12 y 15 meses. Para estimular que caminen solos, es importante dejar que haga las cosas por sí mismos, que gateen, que descubran, que exploren en un entorno preparado y seguro, favoreciendo la independencia. También existen múltiples ejercicios que pueden contribuir a que el bebé de sus primeros pasos, aunque de eso ya hablaremos más adelante…
En conclusión, ¡respeta sus tiempos y sobre todo juega mucho, mucho!
